“(…) el peor enemigo que puede tener la ganadería es el hombre rutinario, al que no se le ocurre más que lo mismo de todos los días y no se sale de ahí (…)”.
Fidel
La finca “El Correo” resulta todo un símbolo. Traspasar el pórtico del dominio agrario es acceder a una amalgama de figuras alegóricas salidas de la imaginación de un grupo de artistas de la plástica de la localidad, como aquellas forjas para conformar puntas de lanzas, la fecha de fundación del hato Ciego Montero, tierra de mitos y leyendas de la región de Cienfuegos.
O tal vez, también la forma peculiar en que el legendario jefe guerrillero Juan Almeida Bosque databa sus informes con números cruzados, sello distintivo utilizado aquí para señalar el día, mes y año del nacimiento del primer campesino incorporado al Ejército Rebelde, el hoy Comandante de la Revolución Guillermo García Frías, efeméride escogida para marcar el inicio de este proyecto genético, auténtico y prometedor para la reproducción y desarrollo de animales de raza.
Fotocopia de Lázaro junto al Comandante Guillemo Garía Frías durante una de las visitas a la finca “El Alcázar”. Foto: / Juan Carlos Dorado
No faltan tampoco en el modesto complejo escultórico ruedas de carretas primitivas, figuras en forma de herraduras, cabezas de caballo, cadenas de hierro y plantones de caña junto a la reja colonial de la entrada, en franca alusión a la ascendencia ganadera y azucarera originaria de la comarca.
El propio nombre de la finca constituye una imagen mística. “Según contaba Esperanza, hija de don Francisco González, dueño de la otrora colonia de caña que hubo aquí, en este mismo sitio existió una ceiba en donde eran depositados mensajes de forma subrepticia, los cuales luego iban a ser trasladados a otro árbol de la misma especie en “La Amalia”, cuyo destinatario era el Mayor General Antonio Maceo, servicio aprovechado durante el paso de las tropas invasoras por la zona; una suerte de correo mambí”, argumenta Lázaro Hernández Iznaga, usufructuario de “El Correo y capitán pensionado del Ministerio del Interior.
I
Solo bastó la primera visita a la finca “El Alcázar” para despertar en Lázaro los sueños por la ganadería, adormecidos desde la infancia, cuando añoraba ser como su padre y abuelo, monteros de pura cepa. Conocía muy bien los desvelos de María Antonia Pujol Bravo, propietaria de aquella heredad, por el desarrollo de la genética en la masa ovina, equina, vacuna y avícola.
El benjamín de la familia, Alexander, enseña sus dotes de ganadero en el ordeño de las vacas Jersey. / Foto: Juan Carlos Dorado
Según el hoy socio de la Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) Mártires de Bolivia, la primera referencia de la santiaguera le llega cuando era especialista de la técnica canina, en el Minint, y compartió sus funciones con la práctica de la equinoterapia para niños con necesidades educativas especiales. En aquella ocasión, el verdadero protagonista fue Cheque en Bronce, un ejemplar équido procedente de aquellos predios de Santiago de Cuba.
Más tarde, a través de María Antonia, conoció a Guillermo García Frías, quien lo estimuló para llevar adelante un proyecto de desarrollo genético en tierras cienfuegueras. La oportunidad la tuvo gracias al usufructo de un terreno, por entonces perdido en malezas. Brazos y voluntad sobraban, así que el espigado mulato puso manos a la faena y con ayuda de algunos familiares y vecinos logró convertir el marabuzal en productivos potreros.
El primer lote de animales de “El Alcázar” ya venía predestinado a lograr ejemplares de promisorio futuro ganadero de la incipiente finca “El Correo”. Entre el rebaño llegaron algunos descendientes de reconocidos campeones, tanto de ferias agropecuarias nacionales como de el famoso certamen internacional de Rancho Boyeros.
II
Tras algunos años de fructífero trabajo, Lázaro logró incrementar la masa ganadera, muy apegado a la aplicación de la ciencia y la técnica en los cruzamientos genéticos. “En el caso de las vacas, precisa, comencé con seis hembras Jersey, raza de pequeña alzada y que según los entendidos es la idónea para los campesinos por su alto rendimiento en leche de altísima calidad”.
Entre los équidos sobresalen los imponentes Quarter Horse (Cuarto de milla), caracterizados por ser caballos fuertes, resistentes, vivaces, de tamaño mediano, con gran desarrollo de sus masas musculares, en especial del tren posterior y su reconocida mansedumbre. Poseen la velocidad de los corceles de sangre caliente de sus ancestros y la estabilidad de los de sangre fría.
El mejoramiento genético entre la masa ovina es uno de los objetivos de Lázaro; lo ayuda en la monta directa su esposa Ysnisleiby. / Foto: Juan Carlos Dorado
Y de la propia familia la inquieta y esquiva la cebra Marialily y el manso cebrasno Triunfo constituyen la principal atención del visitante, en especial para la grey infantil, por la inusual presencia de esa especie en espacios fuera de las áreas expositivas de un zoológico.
Completan la reducida manada Correo, un impresionante semental Dorper pelibuey, reproductor, que al decir de Lázaro, constituye una gran promesa para obtener cruces ovinos con animales de mayor masa cárnica.
Ahora bien, más allá de establos, tarimas para carneros y cuartones de las reses, el patio de la vivienda no deja de sorprender por la variedad y belleza de las aves de corral. A la voz de Yanisleiby Espinosa Sierra, la “doña” de la finca, acuden pavos reales, patos y la nutrida bandada de gallinas Cubalayas, a sabiendas de que en sus manos tienen los granos seguros para la alimentación.
La observación del plumaje negro y brillante de las Cubalayas, es suficiente para encontrar la explicación necesaria por parte de la anfitriona. “Se trata de una ave originaria de Cuba y en peligro de extinción. Entre sus características, como ve, sobresale su tamaño mediano, viva, de porte inclinado, carácter combatiente y agresivo”.
III
El autodidactismo unido al permanente intercambio con otros criadores y centros de investigación ha pertrechado a Lázaro de los conocimientos teóricos y prácticos para el manejo de los animales. “He recibido el asesoramiento técnico y el apoyo de especialistas de la Asociación Cubana de Producción Animal (ACPA), de cuya Sociedad de Équidos soy vicepresidente en la provincia”, reconoce, y agrega:
“Además, a las ferias agropecuarias no solo se va disfrutar de los ejemplares en exposición, también a aprender y a escuchar las mejores experiencias. A propósito, en 2018, de conjunto con el coterráneo Javier Aguiar, fueron seleccionados más de 20 animales para participar en esos certámenes. En mi caso la vaca Linda, resultó campeona en producción de leche y grasa. En tanto, el pelibuey Correo y la potranca Orobella, también recibieron lauros”.
La base alimentaria forma parte indisoluble del proyecto. Si bien cuentan con el apoyo de algunos insumos de importación, el principal potencial está en el banco proteico de plantas ricas en esos nutrientes y cultivadas aquí mismo. Entre las especies vegetales predominan la moringa, morera y titonia, aunque no falta tampoco en el balance dietético la caña de azúcar y otros pastos tradicionales.
“Hemos llegado a la conclusión, comenta Lázaro, de que la titonia ocupa uno de los primeros lugares, aunque la moringa olorífera tiene un impacto positivo en el estado de los animales, siempre con la atención veterinaria de la masa en cuanto a la desparasitación y control de análisis y prevención de enfermedades propias de esas especies.
“La clave está en el aprovechamiento del espacio de acuerdo con la masa, tanto para el período lluvioso como seco. Hay que sembrar comida por hectárea. Y no podemos soslayar tampoco recursos que tenemos a la mano con productos nacionales con fármacos de uso veterinario ofertados por Labiofam”.
¿Perspectivas?
“En primer lugar, preservar lo que tenemos. Este es el resultado de la herencia sentimental y el caudal de muchos conocimientos teóricos y prácticos de no pocas personas como Guillermo y María Antonia para el desarrollo de la genética. Abogamos por sostener ese ideario, atemperarnos a los momentos actuales: hacer más con menos, como nos enseñó Fidel.
“En otro orden, nos proponemos crecer en animales. Recordemos que la raza Jersey, con muy poca comida, alcanza rendimientos por vaca hasta de diez litros y más de leche, con un cinco por ciento de grasa. Pensamos que dentro de dos años hayamos multiplicado el rebaño de las once reses con las que contamos hoy.
“Más a corto plazo, tenemos un contrato con la “Mártires de Bolivia” para entregar alrededor de cien litros de leche por día a partir de junio próximo. Con un poco de luz larga soñamos disponer de ordeño mecanizado, y ya nos hemos adelantado con la nave propia para esa tecnificación, pero antes tenemos que perfeccionar mucho más nuestro sistema de acuartonamiento y disponer de la infraestructura agropecuaria para tan caro empeño”.
Y mientras da rienda suelta a tantos planes para mañana, Lázaro se detiene a indicarle al benjamín de la familia, Alexander, la mejor forma de perfeccionar la manipulación de la ubre de la vaca en el momento del ordeño, porque “desde ahora, afirma, hay que contribuir a la formación vocacional del futuro médico veterinario”.
Luego, el ganadero que al fin enrumbó su vocación, nos asegura que siempre tiene presente en sus propósitos las palabras siempre proféticas del máximo líder de la Revolución cubana para espantar la rutina y darse en cada amanecer un renovado sentido a la vida.