El balance anual que nos llevó a Cienfuegos la semana pasada sirvió de enlace para comprobar en primera persona acciones sobre prioridades allí.

Camino a la ciudad nos detuvimos en una parada en Cruces, su inspector nos explicó la indolencia de choferes de vehículos estatales que no paran, mientras que la población molesta espera ante la falta de servicio público estatal, que antes existía. Sobre esto intercambiamos más tarde con las autoridades del territorio. Nosotros veníamos llenos, pero apretados pudimos trasladar a una señora desesperada por llegar hasta un familiar enfermo. Tener un vehículo estatal hoy es un privilegio, por eso, a su vez, constituye una obligación con el pueblo.

Visitamos los astilleros en los que se encuentran 2 de las embarcaciones paralizadas: la patana Constructora II y el ferrocemento CEN 18, ambas dedicadas a la transportación de pasajeros en la bahía, con la cual se benefician miles de habitantes.

La primera embarcación está en grado avanzado de su reparación y se espera su incorporación al servicio en el mes de abril, la segunda se encuentra en mal estado de manera general, y debe comenzar su reparación durante las próximas semanas, una vez se completen los principales materiales, pero el proceso tomará tiempo, dado el nivel de deterioro de su casco.

Existe un programa para la recuperación de las embarcaciones que desarrollan este tráfico, que ha estado demorado por falta de los recursos de importación, lo que ha provocado la interrupción de rutas tradicionales como la que enlaza a la CEN con Cienfuegos. El recorrido actual por tierra es mucho más incómodo por cualquiera de las vías. Sobre el tema tenemos un post pendiente, que publicaremos próximamente con mayor precisión.

En lo que respecta a la actividad del astillero, el limitado acceso a materias primas para poder producir en coherencia con sus capacidades está incidiendo en el éxodo de trabajadores especializados por los bajos salarios. Asunto que, con semejanzas, también encontramos en otras empresas del sector, y aunque complejo de resolver, por la situación de acceso a divisas del país, pedimos seguir identificando oportunidades para diversificar las exportaciones, establecer alianzas con clientes potenciales que generen divisas convertibles, y nosotros apoyaremos desde la nación con lo que nos corresponde.

En el puerto nos entrevistamos con los trabajadores para conocer sobre sus condiciones de labor, turnos, ingresos, medios de protección, alimentación. En esto último hubo quejas: inestabilidad y mala calidad en la merienda y el almuerzo. Se acordó realizar acciones adicionales en el territorio, para mejorar lo señalado, con apoyo de las autoridades locales. Apreciamos en plena faena la descarga de un buque de arroz para la canasta familiar normada.
También pudimos conversar con el Jefe Nacional de la carrera Ingeniería en Transporte, de la Universidad de Cienfuegos, Juan Cogollos, prestigioso profe y científico al frente de este novedoso departamento. Nos ofreció un panorama general de cómo marcha el proceso docente con los 3 grupos de estudiantes de las modalidades diurno y por encuentro. Y nos habló sobre la necesidad de la proyección nacional de la carrera, y su apertura en otras universidades. Aunque quisimos, por razones de horario, no pudimos entrevistarnos con los estudiantes del diurno, pero en el próximo viaje será.

Por otro lado, como parte de las discusiones del balance, indicamos avanzar en la preparación de las condiciones técnicas de la base en la que se deberán ubicar los triciclos eléctricos, cuando se reciban en el territorio, e iniciar la búsqueda de alternativas para respaldar el combustible que permita el incremento de los servicios estatales de transportación de pasajeros, así como el ordenamiento de los porteadores privados y los arrendados, incluyendo el ajuste y control de los precios, y la agilización de los trámites de legalización de los vehículos armados por partes.

Y terminamos este resumen de nuestra estadía en Cienfuegos por donde empezamos la jornada allí: paradas. Detenernos en ellas y conversar con inspectores y quienes esperan no es un acto figurativo para redes sociales. El impacto en la vida de los otros de la deteriorada situación del transporte público la conocemos mejor allí que en informes. Y saberlo es imprescindible para nuestro trabajo, para trazar políticas que reviertan eso, priorizando aquello que más les afecta a las personas primero.

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