Más allá de diagnósticos rápidos y protocolos de actuación que le corresponden al personal de Salud, quienes ya se capacitan sobre el nuevo coronavirus generado en China, la participación popular en cumplir y adoptar medidas de protección es determinante para impedir que esta epidemia se propague en Cuba.

Entre las medidas que la población puede cumplir se encuentra el uso del nasobuco, que no se adquiere en la red de comercio, sino que siempre ha sido de uso exclusivo del personal médico; aunque últimamente se lo hemos visto usar a los “durakos”, filosofía urbana que practican algunos adolescentes, y hasta un chiste se propaga en torno a que ellos no padecerán enfermedades respiratorias de contagio.

El precio del aditamento ha subido bruscamente en el mercado mundial, porque ante la epidemia que ya alcanza a varias naciones, resulta una viable forma de protección al recorrer calles, abordar el transporte público, asistir a una consulta a centros de salud, o simplemente desandar la cotidianidad.

Pero, ¿cómo adquirirlos ante las carencias de insumos médicos que se presenta?

Muy fácil, los podemos confeccionar en casa de tejidos como algodón, guarandol, lino, ese que comúnmente llamamos hilo; son lavables y podemos llevar varios, en dependencia de las horas que estaremos en sitios públicos o de mucha afluencia.

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