Elsa María Lanza Méndez es médico hace 15 años. En las postrimerías de 2019 terminaba su segunda especialidad, Epidemiología, pero nunca imaginó, que de manera inmediata tendría que hacer un “doctorado”, algo así como una prueba de fuego, porque una caprichosa epidemia apareció en su escenario.

“Ya durante la residencia había tenido experiencia con el dengue, pero esta vez es distinto”, me cuenta mientras merienda algo para regresar a la zona roja del Centro de Aislamiento ubicado en el distrito petrolero de Cienfuegos, en la conocida como Hotelera del Micons, donde labora desde finales de marzo. En este centro permanecen en vigilancia clínica y epidemiológica casos nominados como, contactos de pacientes sospechosos a la Covid-19.

“Aquí tengo varias responsabilidades, todas relativas a la bioseguridad, que no es más que la seguridad de los trabajadores, tanto médicos como de servicio; así como la atención a los pacientes desde que arriban a la institución: cómo se distribuyen, observando cuáles son contactos de casos sospechosos y cuáles de los confirmados, encuestarlos, indicarles los complementarios, entre otras funciones”.

Al llegar a casa a casa, la Dra. Elsa María observa las medidas tal y como si estuviera en el centro, a pesar de que al terminar su jornada se descontamina y hasta toma un baño. Allí, en el hogar la espera su esposo Pavel, también médico, pero siente la ausencia de su hijo Diego Alejandro, de diez años de edad, quien por razones de seguridad, permanece con los abuelos.

“Mi familia se preocupa mucho; me llaman constantemente y están al tanto de mi bienestar, aunque saben que soy responsable, y epidemióloga al fin, meticulosa con los procederes de bioseguridad”.

Sabedora de su responsabilidad, se apresura por regresar al trabajo y fiscalizar; conoce que forma parte de ese equipo hermoso de profesionales de la salud en quienes el pueblo confía para saberse seguros.

¿Pronóstico sobre el fin de la epidemia? Le espeto la pregunta a boca de jarro.

Yo pienso que sería demasiado atreverme, pero en cambio, voy a darle el mensaje a la población de que observe todas las medidas de protección, distanciamiento social, lavado de manos, uso del nasobuco, recurrir al médico ante cualquier síntoma, declarar con fidelidad cuando tenga contacto en el control de foco.

“Y a todo el que pueda que se quede en casa, y así muchos regresaríamos a la nuestra, con la familia que extrañamos”. Toma su último sorbo de un jugo de mango, y regresa, escaleras arriba, a tomar posesión de su “trono”, donde vela por nosotros.

Tomado de 5 de septiembre

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