Yusimí Ríos Herrera es una de las carpeteras de la hotelera del Micons, un centro de hospedaje para trabajadores de la Construcción con muy buenas condiciones de alojamiento y restaurante, que además, cumple funciones de carácter recreativo para trabajadores destacados y sus familias. Pertenece a la Empresa de Servicios a Trabajadores de la Construcción, conocida por sus siglas ESTC, que recientemente renovara su condición de Vanguardia Nacional por seis años consecutivos, y fuera nominada al Premio Provincial de la Calidad por resultar eficiente, de excelencia y aplicar en su trabajo adelantadas normas de inocuidad de los alimentos, entre otras cuestiones.
Y ella lo sabe de sobra, porque es fundadora de la ESTC y lleva, “30 y pico de años laborando en el sector, desde que pertenecíamos a la Central Electronuclear; comencé muy jovencita”. Por eso aquel día de finales de marzo, en el que se reunieron todos los trabajadores de la hotelera, y Roque Soriano Echevarría, el director de la empresa, dijo: “Que se queden en esta salón todos los que estén dispuestos a trabajar aquí, como un Centro de Aislamiento ante la Covid-19”, ella permaneció sentada, y le pareció que estaba asistiendo a un momento importante de su vida laboral, y también como ser humano.
“Yo sé que es peligroso, pero necesario. Aquí nos cuidan mucho, nos han enseñado a protegernos. Constantemente la Dra. Elsita está revisando los puestos de trabajo, y qué manera de aprender, fíjate que llego a la casa y casi que doy clases a todos de cómo hacer para cuidarnos. Me siento importante, mucho, no somos médicos, enfermeras ni cosa que lo parezca, pero estamos poniendo el granito de arena para que esta enfermedad se pare y ¡ya!
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“¿Qué si me siento útil? Claro que sí, mucho, todos tenemos que hacer algo para que se acabe esta epidemia, que la gente pueda salir de las casas y volver a ser como antes, aunque a decir verdad, ya nunca será igual. Por lo menos yo, cada vez que tenga catarro, me engancharé el nasobuco, y mira que tengo unos cuántos.
“Por esta carpeta no entra nadie a la hotelera que no esté autorizado, eso te lo aseguro; esa escalera no la suben ni bajan sin permiso, porque hay que cuidar al pueblo para que no se contagie, esa es mi misión, y la cumplo al pie de la letra. Antes fui dependienta y si hiciera falta, vuelvo a serlo; ayudamos en todo lo que se pueda.
“Los niños son los más difíciles de mantener tranquilos, figúrate, ellos no entienden bien por qué están aquí y quieren mataperrear, y no son vacaciones, pues no pueden salir de las habitaciones. Hace unos días, cuando dieron el alta a unos cuantos, una pequeña dio tremenda perreta, resulta que no se quería ir, y eso dice del trato que recibió aquí.
“Extrañaremos el 1ro. de Mayo en la plaza; la gente de mi empresa es muy fiestera y siempre llevábamos carteles y otras ideas que se nos ocurrían, más este año, que volvimos a ser vanguardias; pero no me pongo triste, qué va, tengo que trabajar ese día, traeré mis banderitas y haré el desfile aquí mismo, en mi carpeta, como si estuviera en la plaza, y por aquí, nadie sale ni entra si no está autorizado”.
Tomado de 5 de septiembre