La música y su historia a través de la mirada de Roquelino Ferrer, un pianista de Cienfuegos

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Roquelino Ferrer pie 3

 

Hay momentos en la vida que se quedan siempre y uno de ellos fue cuando entrevisté al pianista Roquelino Ferrer (Cienfuegos, 16 de agosto de 1936). Fue como ver una película a través de sus vivencias. Él iba relatando cada detalle, cada agrupación con la que trabajó, sus amigos y compañeros en la música.

Es muy agradable y gratificante para quien disfruta de la historia musical de Cienfuegos, conversar con los protagonistas de la música, de esta ciudad.

Roquelino es un pianista con una vasta trayectoria, que estuvo ligado a importantes agrupaciones de la provincia. A través de su relato se puede ilustrar toda una época de esplendor dentro de las orquestas tipo charanga y de la importancia que tuvieron en la Perla del Sur. Siempre se menciona a la legendaria orquesta Aragón, pero si bien ha sido la más conocida y la que más ha trascendido, no fue la única.

Roquelino me contaba, con un brillo intenso en su mirada, cómo creció escuchando a la “Aragón”, que ensayaba entonces frente a la casa dónde vivía en la calle Hourruitiner, donde Orestes Aragón tenía una carpintería. El apoyo de su madre para que estudiara el piano, fue decisivo para graduarse de este instrumento en la academia Castiñeira. Posteriormente continuó sus estudios con el profesor José Manuel Vázquez del Rey.

Se inserta en la música profesionalmente alrededor del año 1950, con la orquesta Jóvenes Estrellas, dirigida por Fabio Sánchez. Allí conoce a Felito Molina, con quien lo uniría una entrañable amistad. Luego integra el conjunto Unión Fraternal, dirigido por José Céspedes, donde permaneció por unos cuantos años, hasta que integra la orquesta Loyola. Allí estuvo varios años y recorrió la isla de oriente a occidente. Según Roquelino fue en esta agrupación donde culminó su formación como músico y se hizo mejor pianista.

Está en la “Loyola” hasta que comienza a ocuparse de la organización de la orquesta Revelación. Cuando llega Felito Molina, es quien asume definitivamente su dirección. Felito fue otra escuela para Roquelino; con él aprendió mucho dentro del estilo interpretativo de las charangas.

La orquesta Revelación, luego del auge y la popularidad que alcanzó en su época dentro del gusto popular, decide a petición del cantante Julio Valdés probar suerte en La Habana. Ya Julio gozaba de fama allí y pudieron grabar discos y trabajar dos o tres veces a la semana en Radio Rebelde. Pero las dificultades de diversa índole que se iban presentando incentivaron que muchos de los músicos de la orquesta decidieran regresar a Cienfuegos. De esta manera, se desintegra la agrupación.

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Orquesta Revelación, de Felito Molina (1960) De izquierda a derecha Arturo Hechemendía (tumbador), Laíto Sureda, hijo (cantante), Fernando Cabrera (violín), Efraín Borroto (cantante), Pastor Quesada (violín), Roberto Gómez, El Coco (timbalero), Felito Molina (bajista y director), José Santacruz, (güirero), Orlando Beltrán (flauta) y Roquelino Ferrer (piano). /Foto: archivo personal de la autora

A su regreso, se integra como pianista de los cabarets Costa Sur, con la orquesta de igual nombre y la del hotel Jagua. Trabajó en muchas agrupaciones de la provincia.

Bajo la dirección del violinista Iván García, en la Charanga Cienfueguera, se unen nuevamente Roquelino y Felito Molina en una charanga, devolviendo la magia entre la tradición y la joven generación. Estuvo en esta agrupación hasta su jubilación.

Agradezco a Roquelino por permitirme entrar en su vida y obra. Aquella mañana en la que conversamos en el Prado cienfueguero parecía que el tiempo volvía atrás y pasaban de nuevo Orestes Aragón, Felito Molina, el maestro Loyola… Es la magia de los protagonistas, de los que llevan en su mirada la vivencia. Intérpretes como él conforman los hilos del tapiz de la historia de la música de Cienfuegos. En las experiencias de vida de todos ellos, están las páginas que develan la huella de la identidad.

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Orquesta Charanga Cienfueguera (durante esta época su director Iván García decide cambiar el nombre de Charanga Cienfueguera a Revelación, en homenaje a la unión de Felito y Roquelino en la agrupación). Al centro (de izquierda a derecha) Iván García (camisa rosada), Felito Molina (guayabera blanca) y Roquelino Ferrer (camisa a cuadros y boina negra). /Foto archivo personal de la autora

Tomado de 5 de septiembre