Vivimos días muy estresantes, confiesa Luis Ángel Medina Castillo, un joven de 30 años que ejerce como especialista en Redes y Sistemas en la Empresa Eléctrica de Cienfuegos. Desde el Despacho de Carga, él lleva los hilos de la planificación de los apagones en el territorio, originados por la crisis energética que actualmente atraviesa el país.

Se trata de la labor más ardua que ha asumido en apenas un lustro de trayectoria profesional, desde que en 2017 emprendió su vida de trabajador. “Comencé en la función de especialista comercial, y luego pasé a atender el sistema de gestión de redes, donde ahora nos ocupamos de programar las afectaciones por déficit de generación en el sistema electroenergético nacional, un tema que angustia al pueblo, y nadie desea.

“Para nosotros —continuó—, mientras menos déficit, más fácil se torna el trabajo, y sobre todo sin estrés, porque también somos clientes y sufrimos los molestos apagones”.

Luis Ángel es consciente de la responsabilidad que carga y busca sobrellevarla con profesionalismo, aunque entiende el disgusto propio de la situación, más en estos meses de verano cuando el calor arrecia.

“Muchas veces lidio con asuntos inimaginables. En ocasiones, por intereses de la provincia y del país se necesitan asegurar circuitos que escapan casi de las posibilidades reales para garantizarles el servicio eléctrico, y debemos hacerlo. La tensión —dijo— es muy grande, al punto de no saber cuál zona apagar, porque en el transcurso del día han sido afectados todos los circuitos, y algunos de forma reiterada en los horarios de la noche y la madrugada”.

Mientras los barrios citadinos y asentamientos rurales del territorio se apagan y encienden como si parpadearan, las jornadas en el Despacho de Carga resultan muy difíciles.

“Cuando el déficit de generación es significativo, como ha sucedido durante el actual mes de junio, aquí trabajamos hasta las dos de la mañana; incluso, hemos dormido en la empresa tres y cuatro días seguidos, con el fin de optimizar la planificación de los apagones y afectar lo menos posible a la población cienfueguera. Después, para colmo, cuando regresamos a nuestros hogares a descansar, chocamos contra la falta del fluido eléctrico, porque igual nos toca vivir ese momento”, expresó Luis Ángel.

Hasta en su casa este joven deviene blanco de los reproches por la crisis energética que afronta la nación. “Me reclaman por los apagones, dicen que ‘estoy de madre’, y para qué contarte. Intento responder a eso con sentido del humor, y especialmente con respeto, porque sé cuánto representa esta dura realidad para los cubanos”.

Por supuesto, el mayor anhelo de Luis Ángel ahora mismo es que la situación de contingencia energética termine y vuelvan los días de luz, para apagar así la desazón de muchas personas.

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