El 18 de junio de 2007 marca la fecha en que Humberto Correa Rodríguez comenzó a laborar en la termoeléctrica cienfueguera como electricista de mantenimiento industrial. Cuenta ya 66 años, y luego de que se jubile, aspira a rencontrarse “porque quiero trabajar mientras pueda y me sienta útil”, dice.
Aunque sus funciones principales radican en la atención al alumbrado perimetral, de los almacenes, las calles y de las oficinas, es decir fuera de la planta, no está ajeno a todo cuanto ocurre en ella y ha estado “al pie del cañón” cuando ha sido necesario el aporte colectivo.
Si es preciso mi aporte dentro de la planta ahí estoy con el resto de los compañeros. Cuando hay mantenimientos específicos también me hago presente; por ejemplo, recientemente fue necesario dar un mantenimiento y hacer limpieza exterior a un transformador y ahí estuve sin ningún problema”, afirma resuelto.
Pero no solo en esas oportunidades Humberto da el paso al frente. “También he participado en el mantenimiento a las chapaletas de la limpieza del taprogge (taproche) del condensadorque a cada rato tienen problemas y debo ir a apoyar a mis compañeros. Así como en el mantenimiento a los interruptores de las calderas y las turbinas;además de las distintas pizarras eléctricas y los sopletes”.
Importante resulta la atención a las válvulas electromecánicas. “Las atendemos y regulamos nosotros, cuando se van del parámetro; existen muchos de esos aditamentos en la planta y debemos atenderlas muy bien”.
¿Qué significa para usted laborar en una industria tan importante como los es la termoeléctrica?
“Para mí es un orgullo estar en una empresa como esta, Vanguardia Nacional por tantos años consecutivos. Yo siempre le digo a mi familia que esta es una industria clave, de primera línea, que tenemos que responder cuando se nos llame, aunque sea fuera del horario laboral. Nunca ponemos pretextos, nunca decimos que no, porque estamos conscientes de la importancia de esta planta y su funcionamiento estable. Siempre que se nos llama estamos presentes.