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¿Cómo evitar el desastre climático?

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Como evitar el desastre climatico

El Informe sobre la brecha de emisiones 2022 advierte que la crisis climática exige una transformación rápida de la sociedad. Realizado por el programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), revela que no se está alcanzando la meta de limitar el calentamiento global a 1,5°C consensuada por los países en el Acuerdo de París.

La ONU dio a conocer un nuevo informe a pocos días de la 27° Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27).

El Informe sobre la brecha de emisiones 2022: La ventana de cierre: la crisis climática exige una transformación rápida de la sociedad, realizado por el programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), revela que no se está alcanzando la meta de limitar el calentamiento global a 1,5°C consensuada por los países en el Acuerdo de París.

Si no se toman acciones, se prevé un aumento de 2,8°C para finales de siglo, y si se implementaran los compromisos actuales solo se reduciría dicho aumento a 2,4 – 2,6 °C.

Por esta razón, el informe advierte que “solo una transformación urgente de todo el sistema puede evitar el desastre climático”, pero la ONU deja en manos de los mismos estados, gobiernos y corporaciones que nos trajeron hasta acá dicha transformación, y a lo sumo la sociedad civil puede contribuir con algunas acciones individuales (sic). El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, declaró que “nos dirigimos hacia una catástrofe mundial”, pero nada dice sobre la vuelta desesperada de los países imperialistas a la industria del carbón como vía para fortalecer la industria energética, como parte de la escalada armamentística en el marco de la guerra en Ucrania.

El análisis, por lo tanto, resulta sumamente limitado a la hora de señalar las causas de la irracionalidad del modo capitalista de producción y su superación, pero aún con estos límites y a pesar de ellos, el diagnóstico es sumamente alarmante y denota la gravedad de la situación. Veamos sus puntos principales.

Según la ONU, las problemáticas más acuciantes frente a la crisis climática son:

  • 1. La inadecuada actuación frente a la crisis climática y la necesidad de transformación.

Según señala el informe, las políticas actuales vigentes, sin ninguna acción adicional, dan por resultado un calentamiento global de 2,8 °C durante el siglo XXI. La implementación de escenarios con el cumplimiento de los compromisos adquiridos por los países hechos sin condiciones de financiamiento y con condiciones de financiamiento, solo reducen esto a 2,6°C y 2,4°C, respectivamente.

Para encaminarse hacia la limitación del calentamiento global a 1,5 °C, las emisiones globales anuales de GEI deben reducirse 45  por ciento en comparación con las proyecciones de emisiones bajo las políticas vigentes en solo ocho años, y deben continuar disminuyendo rápidamente después 2030, para evitar agotar el limitado presupuesto de carbono atmosférico restante.

  • 2- Las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI) podrían establecer un nuevo récord en 2021.

Las estimaciones de emisión de GEI respecto del uso del suelo, cambios en el uso del suelo y deforestación llegan a 2020, lo que limita la comparación de las emisiones totales de GEI. Sin embargo, si se excluyen las emisiones de este sector y se comparan las restantes, se encuentra que la emisión de GEI para 2021 es ligeramente mayor a 2019, lo que sugiere que las emisiones totales serán similares o mayores al récord de 2019.

En la misma línea que hallazgos anteriores, esto confirma que la respuesta mundial a la pandemia de Covid-19 en 2020 condujo a una situación sin precedentes pero de corta duración.

El total de emisiones globales de GEi cayó un 4,7  por ciento de 2019 a 2020. Esta disminución fue impulsada por una fuerte caída de las emisiones de CO2 de los combustibles fósiles e industria del 5,6  por ciento en 2020. Pero las emisiones de CO2 recuperaron los niveles de 2019 en 2021, con emisiones globales de carbón que superaron los niveles de 2019. Por otro lado, las emisiones de metano y óxido nitroso se mantuvieron estables de 2019 a 2021, y los fluorados siguen aumentando.

  • 3- Las emisiones de GEI son muy desiguales entre regiones, países y hogares.

El 55  por ciento de las emisiones globales de GEI en 2020 provienen de China, la UE27, India, Indonesia, Brasil, la Federación Rusa y Estados Unidos, más el transporte internacional. Colectivamente, los miembros del G20 son responsables del 75  por ciento de las emisiones globales de GEI. Si se mide la emisión per cápita encabeza la lista Estados Unidos, seguido de la Federación Rusa y China.

Asimismo, la medición basada en el consumo de los hogares muestra no solo diferencias entre países sino dentro del mismo país, lo que expresa la creciente desigualdad.

  • 4- A pesar del llamado a los países a “revisar y fortalecer” sus objetivos para 2030, el progreso desde COP 26 es altamente inadecuado.

Las proyecciones de emisiones de GEI, basadas en las promesas de mitigación que se hicieron en la COP26, son insuficientes para limitar el calentamiento global a 1,5°C. La brecha de emisiones en 2030 es de 15 gigatoneladas de CO 2 equivalente (GtCO 2e) anuales para una vía de 2°C y 23 GtCO 2e para una de 1,5°C.

Si bien se les solicitó a los países que revisaran los objetivos de sus contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC), las nuevas y actualizadas NDC de los países enviadas desde la COP 26 reducen las GEI proyectadas en 2030 en solo 0,5 GtCO 2e, lo que daría un total de 4,8 GtCO 2e para 2030, muy lejos de 15 y 23 GtCO 2e necesarios.

Es decir, incluso lo prometido en mitigación está muy por detrás de lo que se precisa.

La ventana de cierre: la crisis climática exige una transformación rápida de la sociedad

  • 5- Los miembros del G20 están muy atrasados ​​en el cumplimiento de sus compromisos de mitigación para 2030, causando una brecha en la implementación.

Aun cuando lo prometido es limitado tampoco se está cerca de cumplirlo, empezando por los países del G20. El informe establece que colectivamente, los miembros del G20 no están en camino de lograr sus NDC nuevas o actualizadas. Utilizando proyecciones de escenarios basadas en las políticas actuales en estudios independientes, se estima una brecha de implementación, definida como la diferencia entre emisiones proyectadas bajo las políticas actuales y emisiones bajo la implementación total de las NDC. Esta brecha de implementación es de 1,8 GtCO2 e anualmente para 2030 para los miembros del G20.

La Federación Rusa y Turquía presentan proyecciones de reducción de emisiones por encima de sus objetivos, lo que reduce la brecha de implementación en el conjunto. Si se los excluye en el análisis, la brecha asciende a 2,6 GtCO2 e anualmente para 2030, para el resto de los países.

Más allá de los miembros del G20, la brecha de implementación global para 2030 se estima en alrededor de 3 GtCO 2e para el NDC incondicionales y 6 GtCO2e para las NDC condicionales.

  • 6- A nivel mundial, las NDC son muy insuficientes y la brecha de emisiones sigue siendo alta.

Se estima que los compromisos actuales de los países, expresados ​​en sus NDC incondicionales y condicionales para 2030, reducirán las emisiones globales en un cinco y un diez por ciento respectivamente, en comparación con las políticas actuales y suponiendo que se implementen por completo. Pero para encaminarse a limitar el calentamiento global por debajo de 2,0 °C y 1,5 °C, las emisiones globales de GEI deben reducirse en un 30 y un 45  por ciento, respectivamente, en comparación con las proyecciones políticas actuales.

  • 7- Sin acciones adicionales, las políticas actuales conducirán a un calentamiento global de 2,8°C durante este siglo. La implementación de escenarios NDC incondicionales y condicionales reduce este a 2,6°C y 2,4°C respectivamente.

Se estima que los esfuerzos de mitigación en las NDC incondicionales actuales limitará el calentamiento global durante el siglo XXI a alrededor de 2,6 °C (rango: 1,9–3,1 °C) con una probabilidad del 66 por ciento, y se espera que aumente aún más el calentamiento después de 2100.

Para que los niveles de calentamiento global se acerquen al objetivo de temperatura del Acuerdo de París se necesita la implementación de las promesas de cero neto, altamente inciertas.

Alcanzar los objetivos de cero neto además de las NDC incondicionales da como resultado mantener el calentamiento global proyectado en 1,8 °C (rango: 1,8–2,1 °C) con una probabilidad del 66 por ciento. Suponiendo que las NDC condicionales y las promesas se logran y son seguidas por objetivos netos cero, se prevé que el calentamiento global se mantenga en 1,8 °C (rango: 1,7–1,9 °C) con una probabilidad del 66 por ciento.

Como las políticas actuales son insuficientes para cumplir incluso con el incondicional de las NDC, una continuación de las políticas actuales darían como resultado estimaciones 0,2 °C más altas de 2,8 °C (rango: 1,9–3,3 °C) con una probabilidad del 66  por ciento.

  • 8- La credibilidad y viabilidad de las promesas de cero emisiones netas sigue siendo muy incierta

Se han comprometido a lograr cero emisiones netas 19 miembros del G20. Sin embargo, estos objetivos varían en varios aspectos importantes, incluido su estatus legal; periodo de tiempo; consideración explícita de justicia y equidad; qué fuentes, sectores y gases cubren; si permitirán que el uso de compensaciones internacionales cuente para su logro; el nivel de detalle que proporcionan sobre el papel de la eliminación de CO 2 ; y la naturaleza de la planificación, revisión e informes sobre la implementación de objetivos.

  • 9- La transformación sistémica, rápida, a gran escala y de amplio alcance ahora es esencial para lograr el objetivo de temperatura del Acuerdo de París.

Para lograr las cero emisiones netas, se necesitan transformaciones en el suministro eléctrico, la industria, el transporte y los edificios, pero de estos cuatro sectores sólo se ha avanzado un poco en el suministro eléctrico y siguen habiendo obstáculos importantes, incluyendo asegurar que las transformaciones sean justas y brinden acceso a la energía para las personas que actualmente no acceden.

  • 10- El sistema alimentario es responsable de un tercio de todas las emisiones, y debe hacer una gran reducción.

El sistema alimentario es actualmente responsable de alrededor de un tercio de las emisiones totales de GEI. La mayor contribución proviene de la agricultura (39  por ciento) incluida la producción de insumos como fertilizantes, seguido de cambios en el uso de la tierra (32 por ciento) y actividades de la cadena de suministro (29  por ciento). Este último incluye comercio minorista, transporte, consumo, producción de combustible, gestión de residuos, procesos industriales y envasado.

Las proyecciones indican que las emisiones del sistema alimentario podrían alcanzar aproximadamente 30 GtCO 2e/año para 2050. Para entrar en un camino de emisiones alineado con el objetivo de temperatura del Acuerdo de París, los sistemas alimentarios tendrán que ser transformados rápidamente. Las transformaciones requeridas incluyen dietas cambiantes, proteger los ecosistemas naturales, mejorar la producción de alimentos y descarbonizar la cadena de valor de los alimentos.

La transformación de los sistemas alimentarios no sólo es importante para abordar el cambio climático y la degradación ambiental, sino también esencial para garantizar dietas saludables y seguridad alimentaria para todos.

El Pnuma sugiere un cambio en los sistemas financieros, que incluye introducir impuestos al carbono, crear mercados para productos con tecnología baja en carbono y establecimiento de “clubes climáticos” e “iniciativas financieras transfronterizas” además de bancos de desarrollo “verde”.

Este último punto sobre el financiamiento es una de las discusiones centrales en la próxima COP27. Los países imperialistas que contribuyen con las mayores emisiones de GEI no han aportado el financiamiento prometido en negociaciones anteriores.

Por otra parte, el informe de la ONU se centra en los factores de mitigación de la crisis climática, pero desde los países atrasados y dependientes la agenda hacia la próxima COP27 se centra en lo que se denomina la “adaptación” al cambio climático, que se viene trabajando desde la COP26.

En pocas palabras, la adaptación plantea el problema de las acciones y medidas que tienden a minimizar los impactos del cambio climático. Ya estamos viviendo las consecuencias de la crisis climática que se expresan en múltiples fenómenos que afectan de forma diferencial a las distintas clases sociales. Un gran ejemplo fue la pandemia de covid-19, los sectores más vulnerables y la clase trabajadora estuvo mucho más expuesta y sufrió en mayor medida las consecuencias sanitarias, sociales y económicas.

Mientras en la agenda de “mitigación” el acento está puesto en la prevención, en la búsqueda de reducir las emisiones GEI, la agenda de los países dependientes en torno a la “adaptación al cambio climático” pone el acento en el financiamiento para políticas que necesitan ahora mismo para hacer frente a las consecuencias de la crisis climática.

Pero más allá de estas agendas encontradas por un financiamiento que ni siquiera llega, lo acotado del debate parece anticipar un nuevo fracaso de la COP. Los estados vienen demostrando que las prioridades siguen siendo sostener las ganancias de las grandes corporaciones, así se vio en la discusión en torno a las vacunas, donde primó el negocio aún en medio de una crisis sanitaria y potencialmente civilizatoria.

Asimismo, el informe de la ONU, aún reconociendo todos los límites y el empantanamiento de las negociaciones en torno a los compromisos de emisión de GEI, insiste en una agenda centrada en la financiarización y el incentivo de nuevos negocios para el “capitalismo verde”, lo que resulta en una utopía reaccionaria, ya que la esencia del capitalismo es la ampliación de la ganancia a cualquier costo.

Una verdadera transición en vías de reducir las emisiones GEI y recomponer el metabolismo social con la naturaleza, requiere una planificación de la economía en base a las necesidades sociales y no para la acumulación de capital. Solo la clase trabajadora junto a los sectores populares y vulnerables que ya estamos sufriendo las consecuencias de la crisis climática podemos avanzar en este sentido, cuestionando la doble alienación del trabajo y la naturaleza que impone el capitalismo.

*Publicado originalmente en Izquierda Diario.

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