Una Jornada para reciprocar amor

La discapacidad originada como secuela en combinación de una deficiencia visual y auditiva en una misma persona, es denominada sordoceguera. Un padecimiento que afecta severamente procesos cognitivos y necesita procedimientos diferenciados para una mejor comunicación y acceso informacional.

El día 27 de junio fue designado para celebrar el Día Internacional de las Personas Sordociegas, loable emprendimiento para sensibilizar al resto de la población a solidarizarse con todos los que-lamentablemente- están aquejados por tal afección. Cuba instituyó una Jornada, comprendida entre los días 23 al 27 del presente mes, a tono con la conmemoración. La existencia de un programa nacional orientado a la rehabilitación e inclusión social, derecho indiscutible de estas personas, posibilita una mejor atención de las manifestaciones clínico patológicas individuales, deviene fortaleza indiscutible a resguardar y perfeccionar.

El apoyo profesional multidisciplinario es importante; pero sobre todo dinamizar los entornos socioculturales para una mejor ubicación y orientación espacial. Debe ser premisa constante el considerar políticas favorecedoras de inserción socio-laboral, diseñadas de acuerdo al contexto y grado de movilidad de los beneficiados. Y, sin duda alguna, el entorno familiar se establece como el colofón educativo ideal, sin demeritar la ayuda de maestros, guías, expertos en la interpretación de señas, médicos y trabajadores sociales.

La provincia de Cienfuegos cuenta con un total de 38 personas diagnosticadas como sordociegas, en los territorios donde conviven más de cinco personas existe un coordinador que basa su gestión en el apoyo de la ANCI y la ANSOC, organizaciones no gubernamentales encargadas de trabajar por una mayor integración y materialización de las necesidades y aspiraciones de sus miembros. Pero la verdadera expresión de igualdad está contenida, a mi criterio, en la voluntad de buscar vías de entendimiento mutuo y el respeto incondicional a la equidad social y emocional de todas las personas que conformamos esta sociedad.

El aprendizaje de signos, ademanes, códigos y otras maneras generadoras de comprensión recíproca, influenciará en la obtención, más allá de una Jornada, de mayor calidad de vida, proporcionada y justa para las personas sordociegas.

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