El doctor Rudy Monzón Rodríguez no puede evitar la emoción, se sabe vencedor. Fueron días tristes, difíciles. Lo sabe bien, es intensivista.

 

Tuvo un enemigo grande y cruel. Después de 19 días en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Militar Manuel Fajardo, de Villa Clara, el médico cienfueguero ganó la batalla por la vida frente a la Covid-19.

 

Y allí lo veo, en la Sala de Cuidados Mínimos, acompañado por su hijo Gabriel, y nos sonríe.

 

Su voz por el momento no se escucha, pero sus ojos hablan, y conmovido levanta sus dedos en señal de aprobación, cuando le preguntamos cómo se siente.

 

Nunca llegamos a creer en los milagros hasta que el milagro sucede en nosotros”. Así escribió el médico en un mensaje que su primo Sergio Barreto se encargó de leer, “lo escribió por WhatsApp, quería agradecerle a todo el personal de Salud del Hospital, a sus colegas y al pueblo de Cienfuegos”, nos dice.

 

Rudy es el primer paciente en el Hospital en el que empleamos el CIGB-258, un péptido inmunomodulador con propiedades antiinflamatorias para el tratamiento de pacientes graves y críticos con la COVID-19, y ahora está en buen estado, casi listo para regresar a Cienfuegos, que es su deseo”, nos cuenta el Dr. Figueredo.

 

“Es uno de los pacientes recuperados de la COVID-19, uno más con la particularidad de que se trataba de un colega enfermo, y eso nos comprometía doblemente”.

 

En tanto, el Dr. Elibet Chávez González, del departamento de electrofisiología del Cardiocentro Ernesto Che Guevara, da cuenta de la preocupación por el paciente, minuto a minuto, pues hizo una reacción adversa al uso de la kaletra y la cloroquina, fármacos que están en el protocolo del tratamiento de la enfermedad en Cuba, se los retiramos, y eso ayudó a salvar su vida, pues le provocaron alteraciones eléctricas en el corazón que lo podían llevar a la muerte súbita.

 

“Es muy querido en Cienfuegos”, dice el médico, pues le acabo de contar que sus compañeros de trabajo llamaban todos los días para saber de su estado de salud, y su expresión fue una sonrisa, porque tiene una traqueotomía que le impide, por el momento, hablar, pero esa sonrisa fue como un abrazo para todos ellos”.

 

Vuelvo la mirada hacia este hombre, y pienso en las vidas que ha salvado desde la Sala de Terapia Intensiva en su querido Hospital, allá en la hermosa Perla del Sur, y entonces recuerdo sus palabras: “Que grande es la dicha de sentirse querido por un pueblo…nunca olvidaré en mis más duros momentos sus voces gritándome: Fuerza Rudy, tú puedes. Mil gracias.