Cuba arriba al Día de la Prensa Cubana este 14 de marzo del 2024, en medio de las más difíciles tareas que le impone la complejidad del mundo actual al pueblo de esta nación del centro de las Américas, que no se resigna a cambiar su dignidad y soberanía, por los necesarios sustentos materiales que le escamotean las grandes potencias del mundo capitalista de hoy.

Periodistas y comunicadores, líderes de opinión oficiales o informales, órganos de prensa que defienden al Socialismo autóctono y redes sociales que no desmayan en desgranar mentiras mientras los algoritmos digitales bloquean las verdades, de este entramado complejo y en ocasiones indescifrable está conformado el escenario comunicacional del Siglo XXI.

En el diario oficio de contrastar verdades y mentiras del mundo actual se mueven nuestros periodistas y comunicadores. Su misión permanente en Cuba se concentra en convocar al combate para limpiar de escollos a la verdad, la misma que debe sostenerse tan alta como las palmas reales.

Dura batalla la de los que todos los días tienen que extraer los argumentos del interior de la realidad cubana, para demostrar que Cuba no es el más negativo lugar de este planeta, que aquí se puede vivir en paz y felicidad, que sus calles son libres, que se puede soñar y amar, reír y cantar, hacer ciencia y construir.

No caben dudas, son los periodistas y comunicadores cubanos los mejores seguidores del camino trazado por el excelso José Martí, el Héroe Nacional de Cuba, quien supo colocar el primer número del periódico Patria en las manos de los tabaqueros emigrados de los clubes de estos en Tampa y Cayo Hueso, para convocarles al aporte a la Guerra necesaria de liberación del coloniaje español.

Fue el mismo Martí quien dirigió y produjo la salida al aire de unos 160 ejemplares del insigne Patria, hasta la fecha de la caída en combate del Apóstol de la independencia de Cuba en los potreros de Dos Ríos.

Y fue el sufrido Martí quien dejó claros los objetivos del periódico revolucionario de ayer, hoy y siempre cuando definió sus propósitos:

“(…) Para juntar y amar, y para vivir en la pasión de la verdad (…) a la hora del peligro, para velar por la libertad, a contribuir que sus fuerzas sean invencibles por la unión y para evitar que el enemigo nos vuelva a vencer por nuestro desorden (…)”.

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